jueves, 26 de abril de 2018

Orígenes e historia del terrazo veneciano el estilo y la sofisticación del pavimento continuo

TERRAZO VENECIANO LA TAPICERÍA RENACENTISTA DE LOS SUELOS 

Terrrazo a la veneciana
Terrazo veneciano pulido y abrillantado
El terrazo a la veneciana, también conocido como "seminato di marmo" o más propiamente "terrazza veneciana", es un recurso constructivo para la pavimentación de suelos; surgido, de la necesidad técnica de conferir una gran flexibilidad y ligereza a los suelos sustentados sobre firmes y envigados de madera, en edificios, también estos, cimentados con madera y anclados a terrenos cenagosos propios de estratos con abundante limo, arena y arcillas, una tríada de escasa resistencia mecánica y poco capaz de sostener pesadas cargas. En resumen, un inestable escenario sobre el que descansaba toda la construcción lagunar de Venecia, y a la que hubo que dar respuesta satisfactoria sin menoscabo de la reconocida elegancia y sofisticación de sus edificios. 
Sería a partir del siglo XIII y XIV, cuando los constructores venecianos resolverán colocar sobre estos techos primero el "cocciopesto" o el "pastellone" que serán a la postre el antecedente inmediato del terrazo venenciano. El "cocciopesto" es un pavimento continuo hecho de un batido de arena, cal apagada y polvo de arcillas, colocado, secado y luego alisado con un acabado monocromático de color pastel semejante al estuco, y que en secuencias de capas con diferente color será conocido como "pastellone ".

Antecedentes del terrazo veneciano
Suelo "cocciopesto" en su versión "pastellone"
 
La transición de este tipo de suelos al terrazo veneciano se llevará acabo mediante un proceso gradual, que acabará haciendo de este, un híbrido surgido de la fusión de dos suelos de época anterior, a saber: el ya mencionado "pastellone " y el mosaico romano de mármol. El suceso que terminará dando la definitiva carta de naturaleza al terrazo veneciano, y propiciará su peculiar sobrenombre de "seminato di marmo" será obra de artesanos de Friuli, una pequeña región en el noreste de Italia; su particular contribución no será otra cosa que la afortunada ocurrencia de sembrar con guijarros de mármol u otras piedras, en diferentes granulometrías, la mezcla de arena y cal apagada que actuará como aglutinante de la masa inerte depositada, sumándole de este modo un valor estético añadido, que al correr del tiempo irá refinándose, hasta completar un enorme repertorio decorativo colmado de sugerentes imágenes y motivos: patrones geométricos, griegas, trenzas, ajedrezados, figuras vegetales con flores estilizadas, festones y guirnaldas; coronas de laurel y empanadas de acanto; animales pequeños; fechas, escritos conmemorativos; símbolos sagrados o incluso escenas figurativas completas. Un sinnúmero de infinitos recursos artísticos para ser volcados en el suelo como en un hermoso tapiz.  

Pulidores de veneciano clásico
"Terrazza veneziana" clásica de estilo renacentista
Estamos, pues, ante un pavimento de trazado continuo, robusto y de gran flexibilidad. Ideado para hacer frente a los movimientos estructurales endémicos de la construcción lacustre veneciana, área en la que llegará alcanzar su mayor difusión en el interín los siglos XV y XVI, y terminará por afianzarse durante el XVII, para posteriormente desarrollar sus mayores logros estéticos y su más acabada depuración técnica en el siglo XVIII, tanto es así que dará lugar a la creación de la "schola dei terrazieri", lugar donde se formarán los mejores constructores y artesanos de terrazo veneciano. Después de la caída de la República de Venecia estos mismos artesanos emigrarán a distintas zonas de Europa: Polonia, Dinamarca, Holanda, Alemania difundiendo su arte y conocimientos, y dando continuidad y vigencia a un recorrido que se inicia en época gótica, vive su mayor esplendor durante el renacimiento, y se deja impregnar y absorber por diferentes estilos posteriores hasta nuestros días. 

Abrillantado de terrazo veneciano
Terrazo veneciano de inspiración modernista con una "rosa ventorum"
El cambio más sustancial incorporado al terrazo veneciano durante el siglo XIX, será la sustitución de la cal apagada por cemento, una servidumbre propia de la modernidad optimizadora, donde los tiempos de fraguado quedan reducidos de modo drástico -en un terrazo clásico de cal, ronda los ciento ochenta días en función de las condiciones de ambiente y temperatura- y por añadidura ofreciendo un mejor comportamiento de respuesta al binomio fricción-brillo, por tratarse de una base cementosa. Estas evidentes ventajas, no obstante, ensombrecerán una de las cualidades más satisfactorias del terrazo veneciano, su flexibilidad y ponderada adaptabilidad a la torsión que acompaña sinuosamente a los movimientos estructurales del firme sobre el que asienta, creándose con el cemento una superficie más rígida, y por lo mismo, más expuesta a sufrir fracturas mecánicas como grietas y fisuras. Buena parte de toda esta bondad constructiva asociada a la cal apagada sobre el cemento, queda de manifiesto como en ningún otro lugar, en la espaciosa sala del Palacio Ducal de Venecia, una superficie diáfana de 1300 metros cuadrados solada en terrazo veneciano donde nunca, a lo largo de su dilatada historia, ha sido advertida ningún tipo de fractura o irregularidad en el continuo de su trazado.  
Para poner fin a este brillante y azaroso recorrido he querido hacer mías las palabras del arquitecto Mario Piana estudioso de la arquitectura veneciana y gran conocedor del terrazo veneciano: "non si vede cosa, per suoli, ne più bella ne più gentile, ne più durabile di questa, i terrazzi e l'edilizia veneziana" ( No hay cosa igual para el suelo, ni más bella, ni más amable, ni más duradera que esta, la terraza de construcción veneciana )  

Pulido de terrazo veneciano
Suelo de terrazo veneciano en un entorno actual y minimalista

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